1.4 LA BIBLIA Y SU REPERCUSIÓN LITERARIA


1.4 La Biblia y su repercusión literaria

  1. Concepto. Estructura (Antiguo y Nuevo Testamento) y textos de los que se compone: históricos y narrativos, filosóficos y morales, poéticos y proféticos. El Génesis y el Cantar de los cantares. (Pág. 12-16 del libro de clase)
  2. Lenguas originales y traducciones
  3. Influencia bíblica en la literatura
  4. Ejemplos y breve comentario de obras literarias y corrientes estéticas con influencia bíblica



2.
La mayor parte del Antiguo Testamento está escrito en hebreo, la lengua culta del pueblo judío, aunque también hay fragmentos en arameo, lengua no literaria, de uso familiar, con la que convivía. El Nuevo Testamento, salvo El evangelio de San Mateo, en arameo, está escrito en griego.
Con los años, la gente dejó de entenderla en lengua original. Comenzaron las traducciones. La más antigua, es una traducción al griego llamada Versión de los Setenta, debido a los 72 sabios que trabajaron en ella (s. III-II a.C.) Hubo también versiones arameas, siríacas y góticas. Con el nombre de La Vulgata (s. V) la tenemos en latín, por San Jerónimo. En el 735, se tradujo al inglés. Se haría también al italiano, alemán, catalán, y castellano, ésta por Alfonso X, en el siglo XIII. Se puede contar actualmente con 2.303 como el número de idiomas que disfrutarían de alguna porción de la Biblia.

3.
Según algunos estudiosos1, hubo tres maneras básicas de dejarse influir por la Biblia:
La primera fue la “simple relectura”, es decir, reproducir, completar y embellecer los objetos de la fe que venían dados ya en la Biblia de una forma imaginativa. El ejemplo típico podría ser en el Medioevo los “misterios”, juegos, representaciones y farsas de temas estrictamente bíblicos casi sin mezcla elementos extraños.
La segunda manera fue la “reinterpretación o relectura profunda”, que ofrecen no solo una mera copia, sino una nueva interpretación del sentido de la Biblia, “entrando más o menos a fondo en el drama personal de los protagonistas”. Más propio del Barroco (obras de tema bíblico de Calderón de la Barca o de Triso de Molina).
El tercer modo es la relectura arquetípica o la estructura traducida. Como escribe del Olmo: “Esta promueve una respuesta creativa que no se apoya en la ‘representación’ más o menos del fondo bíblico, sino que induce a una comprensión de situaciones contemporáneas que se presentan como paralelas a la bíblica, pero al margen de la misma. En realidad equivalen al descubrimiento y proclamación de la validez perenne y universal como arquetipos narrativos” de los temas y personajes bíblicos (p. 26).



4.

a) Del auto al auto sacramental. De la Edad Media hasta Calderón

Definición: Un auto sacramental es una pieza teatral religiosa alegórica de un sólo acto y de tema preferentemente eucarístico que se representaba el día del Corpus entre los siglos XVI y XVIII, hasta la prohibición del género en 1765, por lo general con gran aparato escenográfico.

El género teatral español de los autos sacramentales, cuyos orígenes se remontan a los siglos del Medievo (s. V) y que alcanzó su mayor esplendor en el siglo XVII, constituyó la expresión popular y alegórica de temas religiosos centrados en la Eucaristía.
Con el término auto (que procede del latín actum) se hacía alusión desde fines del siglo Xll a diversos tipos de representaciones teatrales de carácter religioso, sin especialización determinada de temas, frente a las obras de carácter profano. El primer ejemplo conocido es el Auto de los Reyes Magos, conservado en forma fragmentaria y que se cree data de fines del siglo Xll. Desde el siglo XIV estas representaciones teatrales comenzaron a tener lugar dentro de los festejos del día de Corpus Christi, al igual que otras similares en toda Europa. En un principio se desarrollaron en el interior de las iglesias, pero, a medida que adquirieron complejidad y contaron con un mayor número de actores, se trasladaron a las calles. La contrarreforma favoreció el auge de estas representaciones, en las que se veía un instrumento para acercar la religión al pueblo. A partir de 1550 los actores fueron profesionales contratados por los ayuntamientos y cofradías, los carros que servían de escenario contaron con decorados cada vez más elaborados y la temática se fue centrando en el tema de la Eucaristía.

Sin embargo, sólo a finales del siglo XVI comenzaron a denominarse autos sacramentales y encontraron su forma definitiva como alegorías religiosas en un acto. En este sentido, se desarrollaron dos vertientes diversas. Por un lado, autores como José de Valdivielso y Lope de Vega combinaron el auto alegórico con la expresión cómica y pagana de temas serios y sacros. La temática, la intención y el marco de la festividad pertenecían al ámbito de lo religioso, pero la estructura teatral, los recursos escénicos y, sobre todo, el manejo de elementos cómicos, procedían de la escena profana. 
Calderón de la Barca, por el contrario, perfeccionó la alegoría, y dividió el acto en tres tiempos: introducción, argumento y desenlace. En Calderón, los personajes no tienen consistencia real, sino que encarnan ideas y, fundamentalmente, dogmas católicos. La noción temporal desaparece y la representación se convierte en una imagen del tránsito del hombre hacia la eternidad. En este sentido el hispanista alemán Ludwig Pfandl afirmó que los autos sacramentales eran los únicos dramas simbólicos del teatro  
El género continuó representándose en España en sus dos vertientes hasta el año 1765, fecha en que los autos fueron prohibidos por Carlos lll, que, de acuerdo con las ideas de la Ilustración, consideraba estas obras fruto de un exaltado dogmatismo religioso.

b) El Cantar de los Cantares y su influencia en la poesía mística. San Juan de la Cruz
Entendiendo el Cantar como el matrimonio místico de Cristo con su Iglesia, la lectura de algunos poemas de San Juan de la Cruz, en clave simbólica, establecen la misma relación entre el amado y la amada.

c) Recreaciones del jardín edénico: la égloga renacentista de Garcilaso. Crónicas de Indias de Colón y Hernán Cortés, y su visión del nuevo mundo
El jardín como lugar de paz, abundancia e inocencia.

d) La Biblia, la religión y las creencias: la crisis finisecular encarnada en San Manuel bueno, mártir, de Unamuno. (Podría hacerse un breve recorrido por momentos históricos de cuestionamiento de la fe y hacer notar su repercusión filosófica y literaria)

e) Otras propuestas:

(...)
1 Extraído del blog de Antonio Piñero, Catedrático de la Universidad Complutense, en su comentario sobre el libro La Biblia en la literatura española. I. Edad Media. Coordinadora María Isabel Toro Pascua. Editorial Trotta/ Fundación San Millán de la Cogolla, Madrid, 2008, pp. 303, ISBN: 978-84-8164-933-8.

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Información extra:


1) Bájate un pdf bastante bueno sobre el tema aquí.

2) Más sobre influencias bíblicas en la literatura aquí.